Por Olga Thaureaux Puertas
Sorpresa y esperanza. Esos fueron los sentimientos que experimenté en un primer momento cuando leo en las noticias que Obama acaba de hacer uso de su prerrogativa, como presidente de Estados Unidos, y ha firmado el indulto que borra los historiales delictivos de nueve presos condenados por delitos que van desde narcotráfico a fraude.
Según el texto que publica Cubadebate, es en Navidad cuando se firma este tipo de indulto, y representa exonerar de culpa a aquellos que hayan sido juzgados en los últimos 50 años.
Dentro de ese “privilegio” se menciona a un grupo de nueve personas, cuyos delitos tienen que ver con el narcotráfico, posesión de material federal, violación de la ley de licores, “mutilación” de monedas, defraudar a agencias federales y distribución de acciones falsas.
Entonces, me pregunto una vez más, y no encuentro respuesta, ¿por qué tanto enseñamiento con los cinco cubanos?
Podría explicar el presidente Obama, por qué no se incluye aquí a los cinco cubanos que por 12 años están cumpliendo prisión por cargos no probados. Gerardo, Fernando, René, Ramón y Antonio, firmes y resueltos, esperan por la justicia.
Restan unos días para el fin de año, albergo la esperanza de que Obama escuche todas las voces que se alzan en el mundo. Espero que las llamadas y los telegramas acordados enviar a la Casa Blanca, durante cinco días, surtan el efecto que deseamos. Esperemos.